El gobierno electrónico como creador de condiciones para la apropiación de los ciudadanos y propiciador de una ciudadanía e identidad cultural en Venezuela basada en el uso de las tic

Abstract

En la actualidad el avance de las nuevas tecnologías y el continuo acceso de los ciudadanos a la red, trajo como consecuencia abrir caminos a nuevas posibilidades en el campo del gobierno. De este modo, surge el Gobierno Electrónico, el cual se basa en el aprovechamiento de las TIC para lograr incluir sectores de la población que se encuentran al margen de la acción del estado, adquiriendo su propia dimensión, características para convertirse en el elemento sustantivo a partir del cual se puede producir la transparencia de la nación, cambiando el entorno de las personas en cuanto a la forma de comunicarse, de interrelacionarse de manera clara y eficaz. Este progreso fue una superación para la sociedad debido a la implementación de estrategias de régimen electrónico permitiendo mejorar la relación entre los ciudadanos y las organizaciones dando conocimiento de la utilización de los servicios en línea y un mayor beneficio de los mismos a la ciudadanía. En este aspecto, cabe resaltar que debe existir algún tipo de proporción entre el desarrollo tecnológico como la creación de una plataforma tecnológica con el que cuente el gobierno para que pueda cumplir sus funciones; la exigencia de responder a las progresivas demandas de los usuarios similar a los problemas para aumentar el nivel de recursos fiscales; la obligación de la ciudadanía de tener una relación más directa y transparente con los procesos que se desarrolla en el Sector Público; además establecer canales directos de comunicación y control hacia la esfera política. Esta infraestructura electrónica permitirá garantizar la conectividad e interoperabilidad del estado venezolano con la sociedad. Finalmente el e-gobierno es innovador y beneficioso por sí mismo, además permite mantener informado al estado venezolano y participar abiertamente sobre las decisiones de gobierno, con omisión de que los valores político-burocráticos, las normas y los procedimientos permanezcan invariables.